Dios, nuestro padre celestial y nuestro creador, nos promete que pronto llegará el DÍA FINAL.
En aquel día Él enviará a sus hijos salvados a una tierra nueva, donde no habrá necesidades ni muertes.
En cambio, dice textualmente en Apocalipsis 21:8
<<A los cobardes e incrédulos, los abominables y
homicidas, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda>>